jueves, 27 de marzo de 2008

No cuidamos lo que no nos cuesta


Lo que les voy a contar es aplicable a múltiples cosas de la vida, pero en esta oportunidad voy a aplicarlo específicamente a las parejas.

Durante el período de conquista, estamos de alguna manera buscando una forma de satisfacer al otro, algo así como demostrándole al otro que somos lo que "necesita", o lo que lo "complementa" (inconscientemente y/o conscientemente). Ese es el momento en que se siente la "magia" en que "son tal para cual"... Cada cual hace, a su manera, un esfuerzo para ser así para el otro.

Pero sucede, muchas veces en el camino, que una vez que se obtiene la compañía de esa persona, dejamos de cuidarla. La damos por segura. ¿Para qué cuidarla, si lo hagamos o no la persona estará ahí de todos modos? ¿Para qué esforzarnos, si obtenemos lo mismo que obtendríamos sin esfuerzo? Suena cruel, pero lo que pasa es que la ley del universo está en contra del gasto innecesario de energía, no?

Si la ley universal tiemde entonces al ahorro de energía, el cambio debemos hacerlo en otro punto de la historia. Probablemente en dejar de creer que la persona que tenemos a nuestro lado está segura, porque la verdad es que NO LO ESTÁ (sí, con mayúsculas). La persona que está a nuestro lado es libre, y cuando no quiera estar más ahí, no lo estará... Además, cuando uno de los dos no es feliz, ninguno de los dos lo es, a la larga. ¿Cuál es la idea de mantener a alguien que no es feliz a tu lado, y con ello no ser feliz tampoco?
Por lo tanto, el llamado es a cuidar a quien tenemos a nuestro lado, si queremos que así permanezcan las cosas. A hacer feliz a la persona que está con nosotros, haciendo un esfuerzo activo. A no creer que alguien está asegurado, atado, casi, a nosotros, porque no lo está. En una de esas así lograremos más parejas felices... y duraderas.

sábado, 22 de marzo de 2008

Libertad de Pensamiento


Hay personas que sencillamente no pueden tolerar a un otro que piense distinto. Confunden el aceptar a un otro con un derecho completo a sentir y pensar de forma divergente, con verse obligados a aceptar su ideología.


Lo que estas personas no ven es que una cosa no tiene relación con la otra. Puede que tú pienses que la otra persona está equivocada, pero si no le está haciendo daño a nadie, cuál es el problema de que esa persona piense como se le antoje?? Si cree que las vacas son verdes, y no está tratando de convencer a nadie de eso ni dañando a terceros, quién soy yo para convencerlo de que las vacas son de otro color?? Cuando tú razonablemente le explicas a la otra persona tu punto de vista, y la otra persona te dice: Sabes, yo respeto que pienses eso, pero yo pienso esto otro, no quiero convencerte de que pienses como yo y no quiero cambiar lo que pienso... Por qué no podemos sencillamente aceptarnos?? A cada uno, con sus diferencias y su derecho a la individualidad.




No hablo de que tengamos que ser inflexibles en nuestros pensamientos y sentimientos; cambiar siempre es una opción, y muchas veces la mejor. Pero cuando vemos a otra persona que tiene una idea o sentimiento que para él/ella es muy importante, incluso un eje de lo que esa persona es, y repito, que no daña a otros con su idea, está consciente de que puede sufrir por lo que piensa o siente y está dispuesta a correr ese riesgo... Quién somos para intentar cambiarla?? Por qué nos cuesta tanto tener tolerancia y respeto, como lo pedimos para nosotros?? Por qué llegamos incluso a la descalificación de la otra persona sólo porque no piensa como nosotros??

sábado, 15 de marzo de 2008

Inconmesurable


Hay cosas en la vida que no podemos abarcar. Nos superan, sencillamente. Más que superar nuestra capacidad de sobreponernos, superan nuestra capacidad de comprensión y de empatía. Por más que queramos y nos esforcemos por comprender, existen de esas cosas que sólo se entienden cuando se viven... Y es terrible la soledad observada de quien las vive. Porque aunque la quieras acompañar, esa persona inevitablemente las vivirá sola.

Y bueno, ahí no nos queda otra que estar cuando nos necesiten, acompañar en la medida de lo posible... Tratar de alivianar un poco el dolor con nuestro silencio cuando no tenemos nada mejor que decir. Y tener conciencia de nuestra eterna pequeñez...

sábado, 1 de marzo de 2008

Recuperando Vicios


Hay cosas que cuando se entra a una actividad nueva y absorbente uno las abandona, bien porque siente que el tiempo no le alcanza (la mayoría de las veces) o porque le interesa menos, o por otras razones. Lo que sucede finalmente es que si las abandonas por un tiempo prolongado y es una de las cosas que amas en la vida, después cuesta mucho recuperarse.

Cuando estaba en el colegio, era prácticamente una devoradora de libros. Siempre estaba leyendo algo, a veces hasta dos libros en paralelo (y no sólo leía los libros para las pruebas, ojo... Y estos los leía unas dos o tres veces antes de dar la prueba). Al entrar a la universidad, mis ansias lectoras se sepultaron bajo la innumerable cantidad de datos a memorizar en anatomía (que me tenía todos los días resumiendo hasta las 12 de la noche...) y el resto de las asignaturas, luego bajo el resto de libros y pruebas, finalmente bajo el cerro de publicaciones que estaban en carpeta. Así, me convertí en una especie de lectora "académica", dejando de leer cuentos y novelas sencillamente porque se me diera la gana; todo siempre supeditado a lo que hubiera que (universitariamente) leer.

Y ahora, si bien hay que seguir estudiando para hacer una atención de pacientes decente, reconozco que he querido darme tiempo para recuperar esta actividad que tanto amo y que tan de lado dejé: quiero volver a leer!!!!!

Así que ayer (en medio de la dificultad para aprender a disfrutar mi recién adquirido sueldo, siempre tan acostumbrada a las restricciones de estudiante) di el salto: partí a la librería y me compré un libro de cuentos, de Julio Cortázar: Final del Juego. Y compré cuentos porque, si bien antes devoraba las novelas, con la falta de costumbre ahora me cansan... Y quiero partir de a poquito...

¿Cuál es el propósito de esta columna? La mayoría de nosotros tenemos algo que dejamos de lado y que nos producía un gran placer; lo urgente siempre se come a lo importante, entendiendo como importante las cosas que nos agradan y que cultivan nuestro espíritu, nuestro ocio, que nos causan una sensación de agrado (el otro día vi un paciente que trabajaba 18 horas diarias... entienden a lo que voy??)... Esta vida que tenemos, aunque suene repetido, es UNA sola (por lo menos esta en que estamos, no quiero entrar en discusiones trascendentales)... Y cuándo nos damos tiempo para disfrutarla??? Cuántas cosas que nos encantan hemos dejado de lado por nuestro trabajo o nuestros estudios?? Entonces... Cuál es tu vicio perdido???