Hay momentos en la vida en que no te das cuenta, pero de a poco te empiezas a hacer cargo de cosas que no te corresponden. A tomar problemas ajenos como si fueran tuyos, llegando a afectar tu propia vida, preocupándote hasta el extremo.
Pero llega un punto (ojalá que ese punto siempre llegue) en que te das cuenta de lo que estás haciendo, de que esa situación no es tuya, no depende de ti en última instancia. O, por último, que no eres el llamado a salvar a nadie, o que tienes derecho a que sea tu turno de hacer lo que te plazca sólo porque lo mereces, porque has luchado por eso.
Nadie dice que te conviertas en una persona egoísta, a quien no le importe el otro, no. Me refiero a que hay que llegar a un punto donde hay que poner límites, no sea que por quedar bien con otros quedes mal contigo mismo.
1 comentario:
Hoy debo poner límite a varias cosas.me hace sentido tu post.
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