miércoles, 7 de enero de 2009

EV (endovenoso)




El duelo de un tiempo,
la acogida de un rato…
en tus palabras olvidé
la tristeza de lo pobre.

Y mientras
hablábamos de festines
se alimentó mi alma.

Pero es el hambre del que prueba
y no se sacia,
sino que siente
su angustia más profunda.

Te convierto en mi ansiolítico
y endovenoso te ingiero.

Ahora tú me pueblas,
recorriste mi sangre en un segundo.
Cómo sacarte si por ese instante
(y sólo en él)
llenaste ese inconfundible vacío.

Se acabó la ráfaga,
acecha de a poco la hambruna,
me destruyo en la convulsión
olvidogénica…

diluyéndote distante.

2 comentarios:

Paola Andrea Tirapegui Bittner dijo...

Buenísimo, conmueve y se ve las imagenes también

B. Rimbaud dijo...

Muy padre, me tope con este blog y me parece genial, te visitaré seguido, saludos!