Hay cosas en la vida que no podemos abarcar. Nos superan, sencillamente. Más que superar nuestra capacidad de sobreponernos, superan nuestra capacidad de comprensión y de empatía. Por más que queramos y nos esforcemos por comprender, existen de esas cosas que sólo se entienden cuando se viven... Y es terrible la soledad observada de quien las vive. Porque aunque la quieras acompañar, esa persona inevitablemente las vivirá sola.
Y bueno, ahí no nos queda otra que estar cuando nos necesiten, acompañar en la medida de lo posible... Tratar de alivianar un poco el dolor con nuestro silencio cuando no tenemos nada mejor que decir. Y tener conciencia de nuestra eterna pequeñez...
3 comentarios:
Hay momentos para hablar y otros para callar.
Hay momentos pensar y otros para actuar.
Hay momentos para estar con gente, y otros para estar solo/a.
Todo se basa en equilibrios. Aunque pudieras, no puedes estar en todas partes, porque no es correcto que te metas cuando no eres llamado/a. Pero siempre debes hacer saber a tus cercanos que siempre que te necesiten, estarás allí para ellos.
Siempre, en las buenas, pero por sobre todo, en las malas....
linda mi amiga...
con tu presencia basta, a veces con saber que hay alguien ahi el dolor se hace menor.
El silencio se hace ameno cuando dos personas se comunican entregando un gran regalo: la compañía.
Abrazos miga!!! chauuu
Jani
Gracias a Dios
no nos ha faltado la bolsa del pan y la mantequilla para consolarnos comiendo, en nuestra eterna pequeñez ,que tiene una guata que crece cada día gracia a los misterios que no podemos resolver.
Oye, ehhh, no te riaih ,en serio
ya ohhh nos vemos
El poder ((( margnetico ))) de la bolsa del pan me llama
chabela
RHESO
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