Cuesta optar por lo sano. Pero finalmente darse cuenta de que antes que cualquier cosa, que cualquier obligación, que cualquier imposición, está uno. Que mi vida no la va a vivir nadie por mí, que si yo no disfruto lo que pasa o lo que puedo pasar a cada instante esos momentos se van a ir y no los podré recuperar. Que los recuerdos que atesoraré no son los de los minutos de trabajo en exceso, sino los que disfruté y compartí con los que amo. Que debo escuchar lo que mi cuerpo y mi mente me piden, porque si me insisten es porque me necesitan (y saben de mi extremo apego a la responsabilidad).
Mi vida es mía, no de mi trabajo ni de mis estudios. Si trabajo y estudio es para mí, no para que ellos me absorban y me quiten esa vida que estoy tratando de hacer mejor. Así que basta!!!! Seguiré trabajando y estudiando con ahínco, pero con los límites y descanso que merezco.
1 comentario:
AMEN
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