sábado, 23 de abril de 2011

Curarse a uno mismo


Entre nuestra eterna búsqueda de bienestar, se nos olvida muchas veces que somos los protagonistas. Cuántas veces recibo en mi box de atención a alguien que viene "porque le tirita el ojo"... E invariablemente trabaja como loco, no ha tenido vacaciones en años, a veces estudia... NINGUNO neurológico hasta el momento. Los mando a dormir 8 horas 1 semana, "si no se le pasa, lo estudiamos". Ninguno ha vuelto. Bueno, obvio que no ha sido sólo esto, sino una larga conversación sobre hábitos y sobre entender por qué se están haciendo esto a ellos mismos... Y me sorprende además que la mayoría ni lo ha pensado!! Que es una inercia que los hace seguir... y seguir... y seguir... y enfermarse... y sentir una insatisfacción con la vida que no se explican!!!! Me llama tanto la atención la búsqueda en la medicina de algo que ella no puede darte, es algo que debes hacer en tu casa, con tu familia, con tu gente... No con pastillas para dormir, para despertar, para el ánimo, para que te relajen los músculos... Porque además, no va a resultar, nos vemos en un mes en este mismo box para sacarte las pastillas y verte en las mismas! No estás enfermo aún, tu cuerpo te avisa, DESCANSA!!!!

Bueno, tratando de ser consecuente, estoy en unas vacaciones forzadas, en que me he planteado la misma temática. Porque yo también soy una loca que trabaja y estudia y corre por Santiago (la única diferencia es que algo de conciencia de esto me queda), y tengo la oportunidad de mirar esto con cierta perspectiva desde el punto donde estoy parada. Y no quiero vivir toda mi vida así. Necesito respirar. De hecho, mi blog estaba medio abandonado por la falta de respiro. Y ahora puedo observar cosas sencillas y redactar algo sobre eso.

Ojalá no se me olvide.




jueves, 21 de abril de 2011

Feria del Libro y otras hierbas...


Hoy asistí a la 37° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Una fiesta literaria. Varias cosas me sorprendieron.

De partida, en el camino, iba sentada en el Subte y un hombre se sube con su hijo de unos 4 años sobre él. El hombre se veía más o menos en malas condiciones, y comienza a hablar a los pasajeros de su cesantía, de su mala situación... Y luego habla de su hijo que dormía en sus brazos... Nos dice que no le tengamos miedo, porque el niño está bajo su medicación. Nos nombra los medicamentos, que tal vez para la mayoría de la gente son desconocidos, pero que a mis oídos son totalmente familiares: son medicinas para el VIH. Y nos muestra una bolsita con los frascos.

Y me pregunto mientras escucho: ¿Cuál será la desesperación (o sinvergüenzura, quién sabe) de un padre que expone a su hijo de esa manera? ¿Cuál será la situación de ese padre, que no trabaja? ¿Será discriminado por tener la misma enfermedad? ¿Estarán ambos enfermos, o no?. Qué impacto. Tal vez mi impacto es tanto, el ver que alguien se atreva a declarar la enfermedad públicamente, porque en Chile estamos acostumbrados al recelo total y completo de esa información.

Me bajo del subte. Me equivoco de dónde hay que hacer la cola, me dicen: "Tiene algún canje?" "No" "Entonces al otro lado". La cola era de cuadras!!!! Maravilloso. Me da lo mismo esperar con tal de ver lo sorprendente de un pueblo cuya ansia de conocimientos se respira... Así quiero ver a Chilito, haciendo colas eternas para la feria del libro (y con libros más baratos, por cierto).

Una vez dentro, casi no sabía qué hacer. Cuando encontré la sección de editoriales, estuve al borde del colapso... ¿Y qué miro primero? Más de 4 horas caminando y quiero volver, se hace poco... Increíble. Absolutamente recomendable, un must.