Te guardo
Tus ojos
Al alba
Recorriendo
tus pasos de piel
Y atrapas el aire
Y en tu reflejo
En un mundo donde todos se esconden cada día un poco más, decido compartir con ustedes un poco de este mundo, mi mundo, y animarlos a compartir conmigo lo que piensan y sienten...
Te guardo
Tus ojos
Al alba
Recorriendo
tus pasos de piel
Y atrapas el aire
Y en tu reflejo
Pero el paso del tiempo me ha hecho cuestionarme la situación (OK, tal vez era una estúpida percepción adolescente, y este era el paso siguiente lógico...). Porque de todas las parejas que he visto entre mis amistades, la gran mayoría de las que funcionan inicialmente no tuvieron esa sensación...
La profundidad de los vínculos no puede, por cierto, ser explicada por una reacción casi hormonal o corporal. Pero la sensación es increíblemente agradable y la buscamos casi compulsivamente (como humanidad, digo). Pero... La estabilidad de los lazos, la duración y calidad de la conexión que logramos no tiene absolutamente nada que ver...
¿A qué le llamamos amor, finalmente? (y hablo del amor de pareja) La "definición de diccionario" (tomada de la RAE) incluye de todo un poco. Y es bastante curiosa. Transcribiré:
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Hay otro montón de definiciones, pero creo que con estas 3 es suficiente para largarse a pensar un rato. Partiendo de la propia insuficiencia... Tantas cosas van envueltas en esta frase... Cuando nos fijamos en alguien y ese alguien nos atrae, en general estamos buscando suplir las propias carencias, dicen por ahí. Resolver los conflictos con los que no hemos podido lidiar previamente en otras áreas de nuestra vida se manifiestan aquí con todo su poder.
Necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Mientras no se confunda con "dependencia", todo funciona.
Ahora, sigamos con la que viene. "Que naturalmente nos atrae". Y este es el punto interesante del asunto, el punto que toca esta humilde columna virtual. ¿Es un requisito? ¿Debe necesariamente ser así? ¿Implica la definición que debiera ser desde el principio o eso puede ser construido en el tiempo? ¿Tienen respuesta estas preguntas? ¿O cada cuál sencillamente debiera construir su propia respuesta? No lo sé, algunos tienen la suya... Espero encontrar algún día la mía...
Acabo de ver un par de programas muy interesantes. Uno es el de cambio de esposas, bastante conocido ya por el "público". Una breve reseña, para los que no lo hayan visto. Toman 2 parejas que no se conocen, tan opuestas en su ideología o en su forma de vida como sea posible. Las esposas de cada familia se van a vivir por 2 semanas a la casa de la otra familia. la primera semana, cada esposa debe vivir según las normas de la casa a la que llegó; en la segunda semana, la esposa pone sus normas en la casa a la que llegó. Todo esto genera una especie de conciencia de lo buena que es la persona que en ese momento no está, ese ser que te acompaña todos los días y que no te das cuenta de los sacrificios que hace por ti. Y además, aprendes sobre otras formas de vida.
El otro programa entra en la vida de una pareja. Se hace una especie de "competencia" en que cada uno le tiende una pequeña trampa al otro para graficar un defecto que le molesta demasiado, grabando lo que ocurre. Finalmente un jurado elige qué es "lo más irritante" (quién gana demostrando que lo que el otro hace es realmente irritante).
Lo increíble del asunto es que esto traduce que para mejorar, tenemos que esperar que las cosas que debemos cambiar nos las diga otro, para darnos cuenta de que lo que hacemos está mal debe decirlo alguien más, aunque la persona que amamos y que tenemos a nuestro lado nos lo trate de decir permanentemente y en todas las formas posibles.
Sencillamente deberíamos aprender a abrir nuestros oídos... Pero cuesta. La emocionalidad nos ciega, y nos sentimos ofendidos. Y también ocurre que a veces la otra persona puede ser demasiado exigente, o no valorar lo que hacemos bien. Es, entonces, justo y necesario autoevaluarnos, sin perder de vista lo que las personas que tenemos a nuestro alrededor nos dicen. Mucha suerte en la labor, para uds y para mí!!!!