Estoy viviendo la fuerza de esa red. Soy parte de esa red. Y me parece impresionante la generosidad y la entrega femeninas, a veces tan vilipendiada en el contexto de las envidias y traiciones. Cuando somos realmente necesarias, las mujeres dejamos atrás ese tipo de actitudes y nos involucramos en las circunstancias hasta el punto de ser una con ellas, hasta el punto de modificar una realidad que parece infranqueable. El poder de la determinación y la unión logra bastante más que el exterior.
Por eso, mujeres, nunca descuiden a sus pares, hermanas, amigas, hijas, madres. Somos todas una trama impredecible, pese a veces a nuestro silencio y nuestra aparente ausencia, nuestros dedos y nuestros ojos están allí, expectantes, movilizando los hilos invisibles de la realidad. Aunque no lo parezca.