miércoles, 10 de junio de 2015

Obligada a detenerse


Hay veces en que uno desoye a su cuerpo y a sus emociones. Veces en que no te detienes a pensar o a sentir lo que está pasando porque la vorágine te come.
Entonces, viene el cuerpo y se descarga. Te enfermas de algo que puede ser trivial y te obliga a parar. 2 o 3 días de stop obligado (en que tu cuerpo se queja de lo lindo, no puedes hacer nada porque te duele todo o te sientes mal) y no te queda otra que decantar todo.
En eso estoy en estos 3 días de reposo obligado con una gripe del terror. Tratando de decantar lo que en estas últimas semanas he vivido, 3 semanas intensas tanto académica como emocionalmente, y en que ya era hora de decir basta. A la mala.

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