miércoles, 9 de abril de 2008

La luz brilla en medio de la tinieblas y las tinieblas no pueden apagarla


Escrito ayer:


Hoy murió un amigo. Hoy nos deja un ser lleno de luz. Hoy una chispa terrenal se apaga, para dar paso a una eterna estrella.


Amigo, me has dado tanto más de lo que hubiera imaginado. Tantas cosas aprendidas, tantos gestos y palabras tan tuyos, y sobre todo, tu ejemplo. La vida intachable de alguien que nos entregó todo su cariño y su bondad.


Nadie me podrá explicar jamás por qué te fuiste. Nadie me daría un motivo suficiente.
Aunque no estés, tu recuerdo permanecerá vivo y luminoso, tu ejemplo ya marcó nuestras almas. Especial fuiste, todo un personaje en nuestras vidas. No pasaste desapercibido ni indiferente ante cualquiera que te hubiera conocido, con ese estilo tan particular, tan tuyo.

Roberto, fuiste, eres y serás un Ángel.


"Muchachos (sssssss), ustedes me conocen"

"En la medida de lo posible"

"Me niego a ocupar la mercantilista expresión próspero"

"Hay que conocer al enemigo para combatirlo"

Aquéllas caricaturas... Cómo olvidarlas.

Esos insuperables gestos técnicos, como golpearse la freente con la palma de la mano y la correspondiente expresión facial, o su gran cara de asombro acompañada de un leve balanceo hacia atrás y de mostrarnos las palmas de sus manos...



TU PARAÍSO

Amigo,

desgarrando los respiros,

vuelves a tu libertad.

Mientras gemimos,

tú vuelves donde pertenecías.

Tú,

en quien nunca vimos

asomo alguno de maldad,

escudriñas con ansias tu paraíso merecido.

¿Será tu paraíso uno de cuadrados

y vertientes de Coca.Cola?

¿O de mejores indicadores

y sonrisas de consultorio?

¿O será un paraíso "en la medida de lo posible"?

(+- 2 desviaciones standard)

Un paraíso

con fondo de Chancho en Piedra

con papel y tinta suficientes

(y un Tamiflú también, por si acaso)

Un paraíso lleno de relojes despertadores,

vacío de yanquis imperialistas

y sin medicinas alternativas.

Un paraíso,

con los brazos cálidos que te esperaban,

en arrullo hasta la eternidad.

Nos observas,

ahora y siempre Ángel.

Ángel formal, por supuesto,

sin alas de plumas sintéticas

ni nubes falsas;

un ángel "como deben ser los ángeles".

Hasta siempre, amigo.

Las gracias infinitas te debo.

Un abrazo, desde acá abajo.


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Y trato de aferrarme a cada uno de tus recuerdos,

para que no escape lo que queda de tu presencia.


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