jueves, 1 de noviembre de 2007

Felicidad y otras hierbas




Ayer tuve una conversación deesas que marcan el camino. Una de esas conversaciones que entregan paz, que te permiten seguir adelante.




Y en esa conversación se aclaró el concepto de felicidad. Primera vez que ponía en palabras lo que la felicidad significa para mí, y dónde buscarla.




¿Qué es para mí la felicidad? (Porque hay que recordar, ante todo, que para cada uno de nosotros la felicidad es un estado personal, cuya definición es, como todos y cada uno, única e irrepetible). Bueno, la felicidad para mí ante todo es un estado interno y personal, que se construye desde dentro hacia afuera. No puedo buscar la felicidad en el exterior, la felicidad para mí tiene como condición que sea desde adentro, que no dependa de otras cosas o personas, sino que yo pueda construirla desde y para mí. No quiero decir con esto que las personas y cosas que vivimos o hacemos o pensamos no tengan ninguna relevancia en la felicidad, sino todo lo contrario. Pero no hay que olvidar que lo que sea que vivamos nos entregará esa felicidad si y solo si la miramos con un prisma interior positivo, esa construcción interior e independiente de la que hablo, sin ataduras. Puedo decir, sin alardes ni pretensiones de nada, que soy feliz. Tengo motivos suficientes para serlo.






Y se detuvo.


La sórdida mordida


que desangraba mi alma


se detuvo.




Junto a ella


comenzó a entrar la luz


a los aposentos oscurecidos


por el desaliento y la frialdad.




Hoy,


entre las puertas que nadie


quiso tocar por su hielo


se encuentran cálidas


las verdes y tímidas hojas.




A tu lado


duerme otra soledad.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Linda amigaaa
cuando t conectaras? para k hablemos un ratito.
Cariños :)
Jani

Anónimo dijo...

La felicidad se va
cuando se llega a la instancias de las preguntas, de querer saber donde está, si está a nuestro lado, en por qué ya no lo está, en quién se la llevó,
es como que no me preocupa respirar salvo cuando me estoy quedando sin aire, solo en ese momento me doy cuenta que me falta la gratuidad del aire, lo mismo pasa ( en parte ) con la felicidad

Saludos

RHESO

PD : Me haría feliz que
las cosas ricas no hicieran mal
ejemplo: comer pizzas

Anónimo dijo...

Hola paxi!!! como no te has conectado supongo ke estas ocupadisima, yo estoy entrando a estar ocupada, de exo ami manana sere examinadora del simce con mi chikillos de octavo de una escuelita bien pobre jaja, pero fue bakan ir a conocerlos hoy y lo otro bakan es ke pagan 45 lucas ke no vienen nada de mal, pero en la U me vino una jakeca horrible paxi,de esas ke dan con tuti, ya me caia en el paradero...en fin.
te kiero montones amiga, espero ke te este yendo bien ( no se como se escribe yendo...)
abrazos y saludos de mi familia
DANIELA PONCE,AMIGA MMDD

Eisen dijo...

Bueno, nosotros solemos asociar los estímulos que recibimos del mundo exterior con nuestros sentimientos. Si algo malo pasa, nos da pena, rabia, etc. Si algo bueno pasa, entonces nos sentimos alegres, realizados, etc. Todo estimulo que captamos por los 5 sentidos generan reacciones en nuestro cuerpo, muchas de ellas son automáticas. Tú sabes más de eso que yo. Pero ahí es cuando coincido contigo. Uno no es lo que lo rodea, o de lo contrario solo seriamos felices cuando algo pasan cosas felices a nuestro alrededor. La verdadera felicidad, paz y otras cosas a las que podemos aspirar deben nacer de uno. Un cuerpo en el espacio crea una curvatura en el espacio que le rodea, de ese mismo modo somos nosotros. La curvatura que creamos en nuestro espacio es como un hoyo que atrae todo lo que refleja nuestro interior. Cuando nos sentimos bien, vemos de buena manera el mundo y pareciera que todo es perfecto. Cuando nos sentimos mal es lo contrario. Si la felicidad parte de adentro, entonces se generara la atracción de “cosas” felices exteriores. Al menos eso creo.

Saludos.