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Fusión

Y si tu cuerpo se funde con el mío
olvidaremos las memorias
y seremos un solo recuerdo
en las sinapsis de la respiración.

Si nuestra piel se vuelve una,
nuestro aire es compartido,
nuestras alas nos envuelven
en plumas de sueño azul.

Si nuestros labios se unen
en un diálogo silente de humedad
y nuestros dedos se tocan
delicados, exquisitos
seremos cándido abrigo de promesas.

Si penetras las distancias
hasta llegar a mi origen
seremos principio y final
fundidos en los ojos de los vástagos
que llevan nuestro nombre de olvido.

Si somos lo que somos
en desnuda confesión
de nuestros cuerpos desnudos,
si tu danza es mi danza de abismo contenida,
si tu aliento es el mío de mandarina abierta
si somos fuego y madera
perpetuos ardemos en ausencias.




Soy

Soy el abismo de tu infierno.
Tu visita nocturna
cuando las sombras danzan
en los sentimientos oscuros .

Soy tu demencia risueña
en la que vuelan raíces
de presagios arcanos.

Soy el disfraz de lo implacable,
pasos de fuego
entre caricias de hielo.

Soy el desamparo
en las esquinas de los cuartos,
con las rodillas dobladas
de soledad perpleja.

Soy el hambre que consume
las mariposas ácidas
del aliento suicida.




Dolor de marea

Dolor de marea
en el cabo oculto
de tus besos que no fueron.

Veneno era
la verdad de carne,
en lugar de labios
para atar mis huesos.

En los ojos oscuros
que olvidaron nuestro cielo
arden ahora las promesas
que el hambre marchitó.

En mis manos de madre
que acogieron tu alma
escurre la sangre
de malgastadas lágrimas.

Súplicas de olvido
cortan de los vientos
sus ansias de jugar.



Inconcluso

Al borde de esta taza
de café inconcluso
encuentro los vacíos
en que camina el aire.

En las ausencias
se suceden los encuentros
de agua y sal
en sus inicios de torrente.

En las historias
se tejen los llantos
de los senos que se perdieron
en el tumulto del abismo.

Reflejos tinta,
donde brillan los soles
de ocasos encubiertos.

Eterna sigue
la firma errante
de tus descalzos sueños
cubiertos por espinas de mi piel.



Nubes

En las alegrías azules
espera el aire su consuelo.
El hambre consume ansias de pasado
cuando los sueños congelados se guardan

En tus alas
se esconden los candados de fuego;
quemando el verso de carne
hasta las vergüenzas del alba.