Vida y... Algunos pensamientos

Días extraños estos... Los días avanzan sin perdón, cada día veo más cercana la salida al mundo real, ansiada y también temida. La vida sigue igual y a la vez cambia, la melancolía me inunda nuevamente y me hace pensar en tantas cosas... Es uno de esos momentos en que sólo quisiera que existiera el piloto automático, sin sueño, sin ideas, sólo hacer todo lo que tengo que hacer (y por qué no decirlo, estudiar todo lo que tengo que estudiar) sin dudas. Sólo hacerlo.

Las ideas y los impulsos se entremezclan. Pero existe la limitada realidad que gracias a ella (o a pesar de ella, quién sabe) me impide poner en práctica todo lo que se me ocurra. Un viaje al Tíbet me es tan necesario... No, no tan lejos. Sólo quiero ir al mar, sólo quiero ver mar, para que me limpie y purifique de mi alrededor.

Porque no entiendo. No entiendo a la vida caprichosa con sus vueltas. Que la vida es así... Bueno, los que me conocen saben que no me caracterizo por seguirle el juego a la vida así no más, sino que tengo que cuestionarla, no hay caso. Y que no asumo que la vida es así no más, y que cuándo voy a aprender, que los porrazos, que la ingenuidad, que la dura realidad. Pero prefiero no dejar de asombrarme. Prefiero buscarle siempre un sentido más allá de lo que se ve. Me niego a creer que la vida sea tan mezquina como para no mostrar más cosas tras ella, dudo que su objetivo sea dejarnos sin capacidad de asombro, sin la posibilidad vital de aprender... Creo que es sólo que nosotros olvidamos cómo hacerlo por miedo a que el mismo miedo y el dolor nos sorprendan de nuevo en nuestros pasos.

Maldita soledad
en su absurdo
golpeando las paredes
del silencio.

Esquiva paz inquieta,
en tus burlas mi frialdad cae,
cuando ya nada queda
en mis bolsillos escarbo
para encontrar soledad.

Mientras ríes,
porque ya te invadió el olvido
pese a la negrura de los destinos
aún se llenan de recuerdos.